Formando comunidad II (Koinonia)

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Formando comunidad II (Koinonia)

En el artículo anterior se propuso la base con la cual los hermanos se disponen a formar una pequeña comunidad: “Permanecer y Perseverar” en estas dos palabras encontramos la fuerza con la cual se fundamenta este grupo de hermanos que se disponen a vivir esta experiencia de la fe en pequeños grupos.

Permanecer y perseverar en la Iglesia, ya que desde el bautismo estamos insertados en Jesús; se recibe el Espíritu Santo, se persevera en los medios de crecimiento personal como discípulos y apóstoles y estos nos llevan a vivir: la comunión fraterna (Koinonia), la doctrina de los apóstoles (catequesis), la oración, la fracción del pan (Eucaristía) y hacernos consciente de ir asumiendo la cruz de cada día.

En la etapa de Koinonia se permanece en Jesús y llenos del Espíritu Santo, se persevera en los medios de crecimiento, sin los cuales no será posible madurar cristianamente y se podrá evitar todo tipo de estancamientos y desviaciones en la doctrina de la fe. Permanecer llenos del Espíritu Santo, el cual nos lleva aceptar y reconocer a Jesús como Salvador y Señor.

Estar llenos del Espíritu nos lleva a:

  • Una actitud de conversión permanente y renovada.
  • Ha rechazar todo pecado.
  • Ha no volver alojar en nuestra vida los resentimientos.
  • Ha no caer en las seducciones del enemigo.
  • Ha tener una fe viva en Jesús, alimentada por la oración.

En este punto del itinerario, permaneciendo y perseverando queda el compromiso en cada uno de ir formando un verdadero discípulo y apóstol, formar esta imagen para construir la comunidad eclesial siendo agentes que transformen la sociedad.

Ser Discípulo es el que ha tenido un encuentro vivo con Jesús, y continua fielmente en su seguimiento, el que lo acepta como Salvador y lo reconoce como su Señor, el que lo quiere seguir en todo aprendiendo a vivir y hacer las cosas como Él las hizo

Ser Apóstol es el que da testimonio de vida en todo lugar y en todo momento, el que testifica con la Palabra y cumple con una acción apostólica.

Después de vivir el retiro de Evangelización fundamental, donde se tiene la experiencia de un nuevo nacimiento y una vida nueva por el encuentro con Cristo, se hace necesaria la formación del discípulo de Jesús e ir aprendiendo a ser apóstol de la vida de fe.

 

Por: Pbro. Jesús Alexander Toro Toro
Delegado Itinerarios de Evangelización

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