
El pasado sábado 25 de abril recibieron el orden del diaconado seis jóvenes de nuestra iglesia diocesana, en la Catedral San Nicolás el Magno de Rionegro: Alexander Arcila Arias, Julián Andrés Aristizábal Gómez, Edison Arley Benjumea Arbeláez, Juan Carlos Orozco Bedoya, Julián Andrés Quimbayo Arias y William de Jesús Quintero Duque.
En la Homilía, monseñor Fidel León Cadavid Marín, recordó que «Toda vocación es don de la caridad de Dios: para ustedes y para nuestra Iglesia diocesana. “Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes”. Es una conquista del amor de Jesucristo, que nos conmueve en lo más íntimo y transforma».
«Ustedes queridos hermanos hoy sellan una decisión, muy personal, profunda y existencial: no se quedan en sus propias seguridades y se abandonan con confianza al camino que les indique el Señor, principio y fin de su vida y de su felicidad. «Es un compromiso concreto, real y total, que afecta toda su existencia y la pone al servicio de la construcción del Reino de Dios en la tierra»», indicó monseñor Cadavid.
«El Señor, a ustedes también les declara su amistad: «A ustedes los llamo amigos». Es una amistad sincera, porque comunica todo el tesoro que trae del Padre y que beneficia a todos los hombres. Pero es una amistad comprometedora, muy comprometedora: los asocia de una manera muy íntima a llevar adelante los mismos signos de su amor, a reflejarlo de la manera más luminosa como servidor de la humanidad. «Permanezcan en mi amor»: invitación y petición del amigo Jesús. El verdadero amor consiste en servir de manera decidida y total: «No hay amor más grande que el que da la vida por los amigos»; si, la radicalidad del servicio es la capacidad de dar la vida por los demás».
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