Circular Episcopal N° 001/16
Asunto: Solidaridad con nuestros hermanos ecuatorianos
Nuestra Iglesia Católica, fundada por el Señor Jesucristo en el mandamiento del amor, es una gran familia; por tal motivo, no podemos ser indiferentes a las dificultades que pasan nuestros hermanos del Ecuador, donde en los últimos días se han visto afectados por los sismos en dicho territorio, los cuales han causados centenares de víctimas mortales, heridos e innumerables daños materiales.
La Iglesia diocesana desde hace varios años ha prestado servicio misionero en este país hermano; y actualmente se encuentran cinco de nuestros hermanos sacerdotes en el Ecuador: en el Vicariato Apostólico de Esmeraldas, se encuentran los padres José Albeiro Posada y Luis Fernando Martínez; en la Arquidiócesis de Guayaquil se encuentran el padre Oscar Iván Uribe Cuartas y padre Pedro López Coneo; y en la Arquidiócesis de Porto Viejo se encuentra el padre Leonel Zapata Jaramillo; este último se vio fuertemente afectado, dado que sufrió la destrucción del templo parroquial y gran parte de la casa cural; además que podemos ver la magnitud de la tragedia en su comunidad parroquial, cuando hasta el día viernes contaban con 35 cuerpos rescatados, además de numerosas personas aún desaparecidas.
Hago un llamado a todas nuestras parroquias e instituciones para unirnos en oración por nuestros hermanos damnificados; pero al igual que Jesús, nuestra solidaridad y fraternidad debe estar acompañada por signos concretos, HACIENDO UNA COLECTA ESPECIAL ENTRE EL 27 DE ABRIL Y EL 15 DE MAYO, esta será enviada a la Arquidiócesis de Porto Viejo, y pediremos que sea destinada de manera particular para la comunidad parroquial que acompaña el padre Leonel Zapata, la cual fue la más afectada.
Las ayudas pueden ser consignadas a la cuenta de ahorros N° 1009 27 15 313 de BANCOLOMBIA, a nombre de la Fundación Pastoral Social o traídas directamente a la Pastoral Social en la Curia, para luego ser enviada a la Arquidiócesis de Porto Viejo. Sea el Espíritu de Dios el que mueva nuestro corazón a la solidaridad con nuestros hermanos en Cristo, haciéndonos así instrumentos efectivos de ayuda del amor de Dios que no es indiferente a las calamidades y dificultades de cada uno de nosotros.
Con mi bendición y agradeciendo en nombre de nuestros hermanos necesitados su solidaridad, me despido,
+ Fidel León Cadavid Marín
Obispo de Sonsón Rionegro