La diócesis celebró la jornada de la vida consagrada
El pasado viernes 2 de febrero se celebró en la diócesis la jornada de la vida consagrada en el municipio de Guarne, con la presencia de más de 320 religiosos y religiosas de nuestra jurisdicción eclesiástica.
El encuentro empezó en la parroquia Santa Ana de Guarne, con una reflexión en torno al mensaje del papa Francisco en su visita a Colombia, especialmente, en la jornada que tuvo con consagrados en el centro de eventos La Macarena de Medellín, con el objetivo de invitar a los consagrados de nuestra diócesis, en sintonía con el plan de pastoral, a la renovación.
El tema de fondo, presentado para esta jornada, fue el de renovarnos para ser fieles y poder ser así testigos y luz donde el Señor nos ha colocado.
El padre Javier Marín, responsable de la Vida Religiosa en nuestra diócesis, expresó que se vivió una jornada de mucha alegría, una experiencia muy fraterna, por el encuentro y la experiencia de compartir como consagrados”.
Posteriormente se realizó un desfile hasta la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, del mismo municipio, como una forma de hacer presencia y manifestación ante la comunidad, con el rezo del Santo Rosario y otros actos de piedad. Al llegar a la parroquia se tuvo un momento de adoración, ante la presencia de Jesús Sacramentado. Allí mismo, se realizó la celebración de la Eucaristía, presidida por el obispo diocesano, monseñor Fidel León Cadavid Marín, donde les recordó que toda historia de vocación de los consagrados, tienen en común la experiencia del encuentro con Jesús, que sale a encontrarse con cada uno, y ha captado corazón, “Los corazones de todos los hombres y mujeres consagrados tienen que definirse ante él, ustedes con Cristo, en la medida en que están configurados, conformados con él, se convierten en signo de contradicción para ayudar a los demás a tomar posición delante de Jesús, pues esa es la misión que tienen, que todos lo reconozcan y lo acepten” dijo el obispo, que los invitó a dejarse purificar para poder presentar esa ofrenda del trabajo y de la propia vida, agradable a Dios.
Por último, el padre Javier Marín expresó que “sea la oportunidad para invitar a la comunidad diocesana para seguir agradeciendo a Dios por este regalo de la vida consagrada y la presencia que realizan en nuestra diócesis y que podamos seguir creciendo todos juntos en comunidad, para poder ser testigos del reino, ser testigos de Cristo, en nuestra Diócesis de Sonsón Rionegro”.
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