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AGENDA SEMANA POR LA PAZ 2023

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Departamento de Catequesis y Animación Bíblica, pone disposición de todos los fieles en el país un itinerario, inspirado en la fraternidad y sinodalidad, para que sea implementado durante septiembre, considerado el Mes de la Biblia a nivel universal.

Además de dar a conocer algunos aspectos clave de esta celebración y brindar orientaciones de tipo metodológico, que parten de la Lectio Divina, esta guía contempla 12 encuentros o momentos que pueden ser vividos en asamblea familiar, comunidad de base u otro tipo de pequeña comunidad.

Son tres las dimensiones en las que está estructurado el itinerario: 1. Aprendiendo a ser pueblo de Dios en la comunión. I Parte – Antiguo Testamento. 2. Aprendiendo a participar en una Iglesia discipular. II Parte -Nuevo Testamento. 3. Aprendiendo a vivir la sinodalidad misionera.

A propósito del Sínodo sobre la Sinodalidad, llamado del papa Francisco que inspira este momento de la Iglesia, que ha implicado un importante proceso de escucha, monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo de la Diócesis de Facatativá y presidente Comisión Episcopal de Catequesis y Animación Bíblica de la CEC, afirmó: “si se trata de escucha, es necesario primero inclinar el oído ante Dios quien nos dirige continuamente su Palabra y por medio de ella nos ayuda a descubrir su voluntad”.

“La Palabra tiene las claves fundamentales para comprender el designio sinodal del Señor sobre la Iglesia y esta Palabra, escuchada y orada, nos permitirá asimismo identificar juntos todas las llamadas que el Señor no está haciendo en este momento de la historia, para responder a la misión evangelizadora que nos ha confiado”, agrega el obispo en la presentación de la guía.

En el documento también se indica la importancia de dar inicio al mes bíblico con una Liturgia de la Palabra, que “motive a que cada fiel participe con su propia Biblia, haga una bendición especial de ellas. Y concluya el mes con una celebración eucarística festejando el día de San Jerónimo”, plantean allí.

Monseñor Pedro Salamanca exhorta a todos los párrocos y animadores de evangelización del país para que hagan uso de este subsidio, “que le permitirá al Pueblo de Dios vincularse todavía más al proceso sinodal desde su mismo corazón: la escucha de la Palabra del Señor”.

Enlace de descarga:

https://cec.org.co/sites/default/files/2023-09/ITINERARIO_Mes%20de%20la%20Biblia%202023_CEC.pdf

Conferencia Episcopal Colombiana

El título escogido para el artículo nos cuestiona como Iglesia y nos pone a pensar sobre la tarea primordial que ha sido encomendada por nuestro Señor, de escuchar primero con el corazón, (Shemá Israel), para luego hablar desde la verdad y el amor (Ef. 4) anunciando incansablemente la Palabra de Dios.

Retomando las palabras del Papa Francisco en enero de este año, recordemos tres aspectos esenciales para nuestra misión:

La Palabra de Dios es para todos. El Evangelio nos presenta a Jesús siempre en movimiento, encontrando rostros e historias. Sus pies son los del mensajero que anuncia la buena nueva del amor de Dios (cf. Is 52,7-8). En la Galilea se hallaba —señala el texto— un pueblo sumido en las tinieblas: extranjeros, paganos, mujeres y hombres de diversas regiones y culturas (cf. Mt 4,15-16). Así la Palabra es un don dirigido a todos; por tanto, nunca podemos restringirle el campo de acción, porque ella, más allá de todos nuestros cálculos, brota de manera espontánea, inesperada e imprevisible (cf. Mc 4,26-28), en los modos y tiempos que el Espíritu Santo conoce.

Entonces el anuncio de la Palabra debe convertirse en la principal urgencia de la comunidad eclesial. Que no nos pase, sentirnos llamados a llevar el anuncio del Reino y descuidar la Palabra, distrayéndonos en tantas actividades o discusiones secundarias.

La Palabra de Dios, llama a la conversión. Jesús, en efecto, repite en su predicación: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca» (Mt 4,17). Esto significa que la cercanía de Dios no es neutra, su presencia no deja las cosas como están, no preserva la vida tranquila. Al contrario, su Palabra nos sacude, nos inquieta, nos apremia al cambio, a la conversión; nos pone en crisis porque «es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo […] y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón» (Hb 4,12). Y así, como una espada, la Palabra penetra en la vida, haciéndonos discernir los sentimientos y pensamientos del corazón, es decir, haciéndonos ver cuál es la luz del bien a la que hay que dar cabida y dónde en cambio, se adensan las tinieblas de los vicios y pecados que hay que combatir.

La Palabra de Dios hace anunciadores. Sintámonos llamados por Jesús mismo a anunciar su Palabra, a testimoniarla en las situaciones de cada día, a vivirla en la justicia y la caridad, llamados a “darle carne” acariciando la carne de los que sufren. Esta es nuestra misión: convertirnos en buscadores del que está perdido, de quien se siente oprimido y desanimado, no para predicarnos a nosotros mismos, sino para el consuelo de la Palabra, el anuncio impetuoso de Dios que transforma la vida, para llevar la alegría del Reino de Dios”.

(Domingo de la Palabra de Dios, 23/01/2023)

Inspirada en este texto de la Sagrada Escritura, la Iglesia enseña en la Constitución sobre la Divina Revelación del Concilio Vaticano II, numeral 21, que la Palabra de Dios, junto con la Sagrada Tradición, es la regla suprema de la fe ya que comunica inmutablemente la palabra del mismo Dios. Con esto declara que toda la acción evangelizadora de la Iglesia debe regirse desde la lectura, meditación, oración y obediencia a la Palabra de Dios. Tan en alto grado para la vida cristiana está la divina Palabra que el mismo numeral del Concilio afirma: “la Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor, no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a los fieles el pan de vida, tanto de la palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo”.

 El autor de la carta a los Hebreos advierte sobre dos potencialidades de la Palabra de Dios. Por una parte, afirma que es viva, es decir, que no pierde su actualidad, que constantemente ofrece al creyente una fuerza impredecible. Con razón el mismo Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mt 24,35); por otra parte, dice que es eficaz, a saber, que cumple lo que dice, que realiza en el creyente que la acoge la acción divina, por ello, el profeta Isaías declara: “así será mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié” (Is 55,11).

 Se ha llamado al mes de septiembre el mes de la Biblia, en razón del recuerdo de san Jerónimo, quien tradujo la Sagrada Escritura de las lenguas en que se escribió (hebreo y griego) al latín. No obstante, más que determinar un tiempo concreto (mes o semana) para hacer énfasis en la Palabra de Dios, las enseñanzas que se han mencionado anteriormente indican con claridad que toda la vida y espiritualidad del creyente y de la Iglesia deben estar permeados por la Palabra divina, pues como afirmaba el mismo san Jerónimo: “Desconocer las Sagradas Escrituras es desconocer a Cristo”. Damos gracias a Dios porque poco a poco, el clero, los consagrados y los fieles laicos de nuestra Diócesis hemos ido tomando conciencia de la importancia de la Sagrada Escritura en nuestro vivir cristiano, porque en la mayoría de las parroquias se ha promovido la lectura orante de la Palabra de Dios, porque nuestras celebraciones y reflexiones parten de esta Palabra. Pidamos al Señor, que nos dé hambre y sed de su Palabra (cf. Am 8,11), para con la fuerza del evangelio, seguir nuestro peregrinar creyente.

Por: Pbro. Bernardo Arley Aristizábal González

Párroco, San Antonio de Pereira – Rionegro

El anuncio ha sido realizado este martes 8 de agosto por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en vísperas de la 57ª edición de la jornada, que tendrá lugar el 1 de enero. La Santa Sede siempre ha promovido el uso responsable de la IA, que es más urgente que nunca ahora que tiene un impacto cada vez más profundo en la actividad humana.

Michele Raviart – Ciudad del Vaticano

«Los avances en el campo de la IA (Inteligencia Artificial) están teniendo un impacto cada vez más profundo en la actividad humana, la vida personal y social, la política y la economía», por lo que el tema del mensaje del Papa Francisco para la próxima Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero de 2024, anunciado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral este martes 8 de agosto, será «Inteligencia Artificial y Paz».

«El Papa Francisco llama a un diálogo abierto sobre el significado de estas nuevas tecnologías, dotadas de un potencial disruptivo y de efectos ambivalentes», subraya el comunicado, resaltando “la necesidad de estar vigilantes y de trabajar para que en la producción y uso de tales dispositivos no arraigue una lógica de violencia y discriminación, a expensas de los más frágiles y excluidos: la injusticia y las desigualdades alimentan conflictos y antagonismos».

Vatican News