MEDIOS DE CRECIMIENTO EN LA ETAPA DE KOINONIA
– LA ORACIÓN –
En la pasada edición de la revista evangelizar se hizo una mención somera de los medios de crecimiento en la etapa de Koinonia, que viven las comunidades del SINE. Estos medios ayudan a cada uno de los integrantes de la casa de reunión en su camino como discípulos y apóstoles, a seguir su combate cristiano y maduro en la fe.
Los medios de crecimiento del discípulo en Koinonia que los van a acompañar en todo el itinerario son: la oración, la Palabra y la cruz.
En esta edición, vamos a profundizar en el sentido y alcance de la oración.
La oración para el cristiano consiste en elevar su corazón a Dios. Por eso, cuando se entra en oración, en realidad se está entrando a una relación personal con Dios, relación de amistad y de cercanía.
La oración es siempre un don de Dios que sale al encuentro del hombre. La oración cristiana es relación personal y viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo, que habita en sus corazones. (CIC-C #534).
En la vida cristiana de todo discípulo debe estar en el centro la oración, como medio de comunicación con Dios, acompañada y movida por el Espíritu.
Para el Sistema Integral de Nueva Evangelización, la oración es un momento sumamente privilegiado, que hay que cuidar y mantener para que el encuentro sea profundo y provechoso para la reunión. En el Sine la oración adquiere como en todo grupo cristiano una relevancia tal que sin ella no nos podemos reunir, la falta de oración en los encuentros de Koinonia se reducirían solo a un grupo de amigos que se quieren, pero con la ausencia del centro: Jesús.
La oración dentro de la reunión semanal puede ser: de alabanza que se realiza de forma espontánea y libre; es este un modo de orar, en el cual el Espíritu actúa libremente. “no se inquieten por cosa alguna: antes bien, en toda ocasión presenten a Dios sus peticiones, mediante la oración y la suplica, acompañadas de acción de gracias” (Flp 4,6)
Oración de petición o intercesión se presentan al Señor las súplicas que se tienen en el corazón de cada uno, se manifiesta de forma comunitaria y se ora unos por otros, se pide por las necesidades de la parroquia, diócesis e Iglesia universal, recordando que pertenecemos por el bautismo (que ya hemos renovado en la etapa de Kerigma) a la Iglesia universal, como miembros activos de esta gran familia donde la cabeza es Cristo y cada uno forma parte fundamental del cuerpo “en verdad, en verdad les digo, que cuanto pidan al Padre en mi nombre se les concederá. Hasta ahora nada le han pedido en mi nombre: pídanle y recibirán para que su gozo sea completo” (Jn 16, 23-24).
Como lema que acompaña el caminar de la reunión se tiene:
¡Nada sin orar y todo como fruto de la oración!
Por: Pbro. Jesús Alexander Toro Toro
Delegado Itinerarios de Evangelización