El pasado lunes 15 de octubre, en la casa de encuentros Ciudadela de Jesús, en La Ceja, la Diócesis de Sonsón Rionegro realizó la presentación de «Nuestra Misión», el itinerario pastoral que se tendrá entre el 2019 y 2025.
Al evento asistieron los sacerdotes que prestan su servicio en las Parroquias, instituciones y capellanías de la diócesis, junto a 5 laicos de cada una de las parroquias, religiosos y religiosas, seminaristas y diferentes miembros de los equipos municipales de pastoral.
La jornada inició con la Celebración Eucarística, presidida por monseñor Fidel León Cadavid Marín, obispo diocesano, quien en la homilía recordó la importancia de la renovación, con el fin de llegar a ser una iglesia renovada en la fe y en los itinerarios de Evangelización.
«Nuestro corazón tiene que estar dispuesto a recibir, a escuchar, la palabra de Dios, la fuerza de Dios en su palabra, fuerza transformadora de Dios y que ella produzca ese efecto de conversión en nosotros. Cualquier cosa que se haga que no lleve a la conversión no sirve como proceso evangelizador; es la fe la que permite contemplar el milagro que se realiza en todo momento ante nuestros ojos; es desde la fe, desde la mirada de fe, para descubrir esa presencia bondadosa de Dios en nuestra historia que nos hace mirar la realidad con la mirada de Dios» indicó el obispo diocesano.
Debemos centrar nuestro trabajo evangelizador en la convicción de la palabra de Dios que predicamos. «El verdadero milagro se da cuando el mensaje transforma el rumbo de la vida de los seres humanos. Si no hay conversión, no hay ninguna renovación. Queremos renovarnos, pero hay que llegar allá, la meta de la evangelización, como lo ha insistido el Papa, es llegar al corazón de cada persona. Llevar a cada persona a una verdadera conversión de vida, que es una consecuencia de una clara opción por Jesús», añadió.
«El testimonio nuestro es ser signos evangelizadores, signos que de verdad conduzcan a Dios y no a nosotros. Nuestro seguimiento de Jesús debe manifestarse en cosas muy concretas, en signo de fraternidad, de respeto, de perdón, de amor bondadoso. El signo de los seguidores de Jesús es el signo del amor mutuo, comprometido en hacer de este mundo un lugar mejor para todos. Si la opción de fe no transforma nuestro ambiente, no está logrando lo que tiene que hacer. El Señor reclama como esencial para que el mundo crea, nuestra unidad», expresó Mons. Fidel.
El documento de 76 páginas es el resultado de dos etapas previas, la etapa perceptiva que se realizó entre 2015 y 2016 que arrojó los textos «Nuestro Tiempo» y «Nuestra Diócesis»;
Nuestro Tiempo, una lectura del mundo actual: este texto está dividido en dos partes. En la primera se hace un análisis general de los escenarios en los cuales se desenvuelve la vida del ser humano: internacional, nacional, regional y municipal. En la segunda parte se aborda un análisis del perfil actual de la familia y de las personas en sus ciclos fundamentales de desarrollo: infancia, juventud, adultez y ancianidad.
Nuestra Diócesis: en este texto se hace un análisis sobre nuestra iglesia diocesana. Este informe está dividido en tres partes: en la primera se dirige la mirada a los agentes de pastoral (obispo, sacerdotes, consagrados y laicos); en la segunda se presenta un análisis sobre las diversas estructuras pastorales; en la tercera se ofrece una percepción del desarrollo pastoral entre los años 2011 – 2015.
Después , se dio inicio a la etapa analítica, con el apoyo del texto «Nuestro Plan», desde el mes de julio del año 2016, el cual tiene como reto “Renovar la vida Cristiana”. Este texto presenta el marco conceptual o doctrinal, hace parte de la “etapa analítica” en la cual se plantean las estrategias que responderán a la operatividad del plan. El texto está dividido en dos partes: la primera presenta el marco doctrinal y la segunda parte la “Hoja de Ruta”, la cual plantea, como estrategia, la puesta en marcha de nueve programas (mesas) los cuales darán origen a las líneas de acción que ayudarán a cumplir con el objetivo del plan: “Renovar la vida cristiana”.
En esta estrategia de organización de ocho programas (mesas) se distribuyeron por vicarías y delegaciones de pastoral para debatir, reflexionar y generar pensamiento en torno al quehacer pastoral y poder ofrecer propuestas de renovación a los tres enfoques del plan: 1) Agentes, 2) Estructuras, 3) Pueblo de Dios. Por ello, para el primer enfoque, se establecieron dos programas en un primer momento, después se estableció un tercer programa; para el segundo enfoque se constituyeron tres programas y para el tercer enfoque se conformaron cuatro. Así, la estrategia del Plan se fue consolidando durante el año 2017, se conformaron los equipos de trabajo, las juntas coordinadoras, se entregaron las guías para el trabajo con la definición del programa, los objetivos y los indicadores. Durante ese año se logró avanzar en la discusión en torno a la implementación del plan y la renovación de los agentes, las estructuras y el pueblo de Dios de acuerdo a los programas implementados.
Después de este camino recorrido, a la luz del aporte de los nueve programas (mesas de trabajo), de los comités conformados en cada una de las áreas de pastoral (Área de Vocaciones y Ministerios Ordenados; Área de Evangelización; Área de Pastoral Social), de los aportes de las parroquias, vicarías foráneas, junto con el equipo de Pastoral, en cabeza de Mons. Fidel León Cadavid, se dio paso a la construcción de la tercera etapa de este itinerario pastoral: “Etapa Operativa”, la cual ha dado origen al texto que tiene en sus manos “Nuestra Misión”.
Luego de observar la realidad y acentuar un marco doctrinal, se da paso al quehacer pastoral, a plantear unas líneas de acción claras, unas metas y unas actividades que ayuden a cumplir con el objetivo y avanzar en la consolidación de la visión diocesana.
Este texto, “Nuestra Misión”, contiene un componente estratégico y un componente operativo.
El componente estratégico nos presenta todo aquello que unifica los criterios a tener en cuenta a la hora de trazar nuestras metas. Nos ofrece la Misión, la Visión y el Reto que nos ponen a caminar en una misma dirección, nos delinean un camino a recorrer para continuar avanzando con unos criterios que den unidad a nuestro accionar pastoral. Este componente también nos presenta una Política Diocesana, en la cual se nos plantea la necesidad y urgencia de generar pequeñas comunidades eclesiales. Esta tarea evangelizadora nos ayudará a hacer de nuestras parroquias e instituciones una “comunidad de comunidades, evangelizadas y evangelizadoras”. Finalmente nos presenta unos Énfasis Pastorales, los cuales nos permitirán visionar nuestro trabajo pastoral en torno a los sacramentos (uno por año) y un tema complementario, el cual nos permitirá profundizar en la doctrina eclesiológica, trinitaria, sobre la familia, la vocación a la vida sacerdotal y consagrada y, finalmente, sobre la población vulnerable dentro de la sociedad.
El componente operativo nos presenta las líneas de acción, metas y actividades que las áreas de pastoral, con sus delegaciones, se proponen con miras al 2025. Desde este componente las parroquias e instituciones harán su planeación año a año, de tal manera que caminemos unidos, en torno a las necesidades de cada comunidad, planeando desde lo que cada área de pastoral nos presenta.
Al finalizar el texto se presenta un formato de planeación y otro de evaluación. Estos formatos nos servirán para la planeación anual y para la evaluación de aquello que nos hemos propuesto realizar, que hemos planteado.
Esperamos que este texto sea de gran utilidad para todos y nos ponga en camino de unidad para renovar, desde nuestra creatividad y audacia pastoral, la vida cristiana en nuestra diócesis, desde sus agentes, estructuras y pueblo de Dios.
Pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine en nuestro quehacer diario, nos asista en el cumplimiento de nuestra misión, que su poder transformador nos haga valientes anunciadores del Evangelio en este momento histórico; también nos acogemos a la intercesión de Nuestra Señora del Rosario de Arma, patrona de nuestra diócesis, para que nos acompañe en esta etapa de renovación, que Ella nos ayude a ser dóciles a las mociones del Espíritu, por el cual encarnó en su seno a nuestro Salvador.
COMPONENTE ESTRATÉGICO
MISIÓN
- Somos la Iglesia de Jesucristo, que peregrina en Sonsón-Rionegro, en la fe, la esperanza y el amor; prolongamos la experiencia de Cristo, viviendo su evangelio y extendiendo el Reino de Dios, para que los habitantes del oriente antioqueño conozcan al único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo y así puedan anunciarlo a todos los hombres con el impulso del Espíritu Santo.
VISIÓN
- En el año 2025, la Diócesis de Sonsón-Rionegro, será una Iglesia renovada y desde la vivencia de la fe, logrará impulsar itinerarios de evangelización que conduzcan a la conformación de pequeñas comunidades, dando como fruto una Iglesia dinámica, con esperanza contagiosa y corazón misericordioso, que aporte a la promoción integral del ser humano, por caminos de paz y reconciliación.
OBJETIVO GENERAL – RETO
- Renovar la vida cristiana en la Diócesis de Sonsón-Rionegro, atendiendo a las necesidades pastorales de nuestro tiempo, a fin de ser mejores discípulos misioneros de Cristo, en comunidades evangelizadas y evangelizadoras.
POLÍTICA DIOCESANA: CONFORMACIÓN DE PEQUEÑAS COMUNIDADES ECLESIALES
Cada parroquia e institución deberá empeñarse en la conformación de “Pequeñas Comunidades Eclesiales”, a través de los itinerarios de evangelización establecidos en la Diócesis:
- Sistema Integral de Nueva Evangelización (SINE)
- Comunidades Eclesiales por el Reino (CER)
- Red de Discípulos Misioneros (RDM)
Esta política diocesana contribuirá a la renovación en el compromiso de sus agentes, en la dinamización de las estructuras y en la tarea evangelizadora. Ayudará a cumplir con el objetivo trazado: que nuestra diócesis sea una iglesia viva, evangelizada y evangelizadora en pequeñas comunidades.
ÉNFASIS PASTORAL
Cada año, a partir del 2019 hasta el 2025, se tendrá un énfasis pastoral, el cual dará unidad en cuanto a la formación, celebración y proyección en la acción evangelizadora que se realiza desde la vicaría de pastoral, las vicarías foráneas y cada una de las parroquias e instituciones diocesanas.
Se pide trabajar un Sacramento por año, acompañado de otro tema catequético que permita la complementariedad de uno y otro en lo que tiene que ver con lo doctrinal, pastoral y celebrativo. Además, para unificar el trabajo, desde las áreas de pastoral, se propondrá un derrotero, la unificación de un documento que ayude al desarrollo del énfasis correspondiente para cada año.
NUESTRA MISION – Itinerario Pastoral 2019-2015
Ver y escuchar la homilía completa.
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