
En la homilía, monseñor Fidel, les dijo a los sacerdotes que se tiene que notar el “antes” y el “después” de la conversión a Cristo. “Antes también nosotros, con nuestra insensatez y obstinación, andábamos por el camino equivocado; éramos esclavos de deseos y placeres de todo tipo, nos pasábamos la vida haciendo el mal y comidos de envidia, éramos insoportables y nos odiábamos unos a otros” Pero, ahora que creemos en Cristo Jesús debemos cambiar nuestra imagen en medio de la sociedad: “que se sometan a los gobernantes y a las autoridades; que obedezcan, estén dispuestos a hacer el bien, no hablen mal de nadie ni busquen riñas; que sean condescendientes y amables con todo el mundo”.La presencia del cristiano en medio de la sociedad, como testimonio creíble, tiene que comenzar por ser intachables ciudadanos de este mundo.
«Hay un gran peligro para los que se habitúan a Dios y someten la relación con Él a la lógica de los derechos adquiridos. Tal vez nosotros, sacerdotes, nos sentimos con derechos y privilegios por estar bautizados, por estar ordenados, por haber desempeñado algún cargo en la Iglesia. Creemos que nos merecemos siempre lo que recibimos, que siempre nos deben servir, que estamos en nuestro derecho y esto nos impide dar gracias» Añadió, monseñor.
Después de la celebración, se tuvo el espacio de encuentro fraternal entre el obispo diocesano y los sacerdotes, en los que el pastor aprovecha para dar algunas directrices para una vivencia correcta de la pastoral y el ejercicio ministerial en el territorio eclesial; en este espacio, que duró aproximadamente 45 minutos, monseñor fue muy enfático en afirmar que no somos ajenos, en nuestra época, a una historia de nuestra Iglesia que ha estado plagada de crisis, a una historia que ha estado manchada por el mal y la miseria de muchos de sus miembros. «Desde Pedro y sus negaciones, y Judas con su traición, han existido miembros, con muy poco de católicos y si con muchas manchas y ofensas a la Iglesia y a Dios con graves pecados (intereses políticos, luchas de poder, excesos de clericalismo (aprovechamiento del status y de los privilegios), aprovechamiento de los débiles, abusos y escándalos de todo tipo…). No es ninguna justificación. Es una penosa realidad. Nos debe avergonzar cualquier tipo de abuso, toda conducta inmoral, toda traición a la belleza del Evangelio y a la responsabilidad de la misión sacerdotal.
“Quien peca lesiona el honor de Dios y su amor, su propia dignidad de hombre llamado a ser hijo de Dios y el bien espiritual de la Iglesia, de la que cada cristiano debe de ser piedra viva” (CIC N° 1487). El pecado rebaja al ser humano, le impide lograr su propia plenitud; daña la naturaleza propia o ajena. El pecado es inhumano. Lo humano es la santidad»
Pero, por encima de todo, la Iglesia ha seguido su marcha, y se ha mantenido a través de los siglos, porque, según el obispo, en primer lugar Dios es el que está detrás. Todo se entiende en la Iglesia desde Él. Es la Iglesia del Señor. y en segundo lugar, porque la historia de pecado ha estado siempre acompañada de una historia de santidad; al lado de miembros de Iglesia pecadores, ha habido hombres y mujeres santos, que con su vida y ejemplo han glorificado a Dios y exaltado a la Iglesia.

Exhortó a buscar cómo renovar la Iglesia en este tiempo con la ayuda de Dios. Es la Iglesia misma la que tiene que recuperarse de la catástrofe de su pecado y les recordó a los sacerdotes la importancia de su misión: «predicar la Palabra divina, oír confesiones cual conviene, asistir a los enfermos, sobre todo a los moribundos, enseñar la fe a los que no la conocen, consolar a los afligidos, hacer que vuelvan al camino los que yerran, imitar siempre y en todo a Cristo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los tiranizados por el diablo».

En la reunión, se dieron otras informaciones generales desde la Vicaría de Pastoral, con el padre Javier Otálvaro, respecto al desarrollo del plan operativo Nuestra Misión, y el énfasis pastoral que se tendrá para el año 2019; el Sacramento del Bautismo, y la Iglesia, como tema complementario; además, se brindó un balance general de la pastoral del año 2018. Se presentaron, también, a los que fueron ordenados diáconos en este año 2018 y que prestarán su servicio pastoral en las parroquias, según el decreto 038 de 2018. Igualmente, se dieron a conocer a los cinco candidatos que tiene la diócesis actualmente y que podría ser ordenados diáconos permanentes en el próximo año.En el último momento, el padre Ovier Galvis, vicario de Administración, entregó algunos balances e información general, de interés para los sacerdotes.