El viernes 22 de febrero se realizó el encuentro de los seminaristas diocesanos que se forman en los seminarios de la región. Esta jornada se realizó en el Seminario Diocesano Nuestra Señora y congregó a los jóvenes que se forman en este seminario, en el de Cristo Sacerdote, en La Ceja y en las Asociaciones San Pablo y Siervos del Espíritu Santo.

El encuentro empezó a las 3:00 p.m. con un momento de presentación de los jóvenes que inician su camino en el grado propedéutico y con los que están en el último año de la etapa de configuración, también conocida como cuarto de teología.

Después se tuvo un momento cultural, con una obra presentada por el grupo de teatro girantes del municipio de Marinilla, que vinculó a los jóvenes a mirar de una manera cómica la vida.

El momento central del encuentro fue la Eucaristía, presidida por monseñor Fidel León Cadavid Marín, obispo diocesano, quien manifestó la alegría de estar con sus queridos seminaristas, los queridos seminaristas de la diócesis.

En la homilía recordó que ese día era una fiesta litúrgica importante en la iglesia, la fiesta del Papa, e invitó a hacer efectiva, de corazón, eso que el Papa nos pide cada vez que termina alguna intervención, “no se olviden de orar por mí”. “Es el signo de la unidad de la iglesia, nos precede en la caridad, nos une a todas las comunidades cristianas del mundo. La cátedra es la enseñanza, el gobierno del Papa; en el evangelio estaba claro que el Señor lo nombró roca sobre la cual quería sobre esa fe, fundamentar la iglesia; y por eso el poder de las llaves”.

Además, en este año 2019, cumplen 12 años del seminario menor San Alberto Magno, “es aún joven, pero es el renacer del seminario menor de la diócesis, que desde el principio funcionó en Sonsón; ese seminario ha sido un gran acierto y, sobre todo, por la forma en que se desarrolla esa vida del seminario alrededor de la familia, alrededor de las parroquias. Muchos de ustedes han venido desde proceso del seminario San Alberto y hoy a celebrar 12 años, esperemos que siga cumpliendo esa función tan especial”.

Hablando de los textos presentados por la liturgia para ese día, recordó que son muy vocacionales y muy propios para compartir algunas ideas en relación con la vocación, “esa pregunta es la pregunta de siempre, ¿quién dicen ustedes que soy yo? Esa es la pregunta clave de la existencia de la iglesia y de los cristianos, de esa respuesta va a depender la vida cristiana hoy y en cada momento de la historia. No debe preocuparnos el qué dicen los demás, es quién dices tú; es una pregunta vital; la respuesta depende del camino de cada uno; es una pregunta y por lo tanto una respuesta determinante”.

“El Señor tiene que determinar la vida del discípulo. Responder quién es él, es la pregunta que tenemos que estar respondiendo diariamente y tenerla clara en nuestro caminar de creyentes y mucho más en nuestro caminar de vocacional.  De esa respuesta que demos, depende todo lo demás; dependen todas mis actitudes. ¿Cómo influye el señor en mi vida? ¿Cómo determina mi vida? ¿Yo porque estoy caminando aquí en el seminario? ¿Por qué actuó de tal manera? ¿Por qué tengo determinados sentimientos? ¿Cuido mis palabras que sean de edificación y no de destrucción? Todo lo que hago y lo que pienso, deben depender de la adecuada respuesta al Señor; finalmente, es por qué vivo, por qué hago esto, cómo entiendo mi compromiso, si no es como respuesta a él”, añadió el obispo diocesano.

“Esa respuesta es personal, que no depende de un aprendizaje racional a causa del estudio. Podemos ser muy estudiosos, pero eso no me da la respuesta existencial y personal al Señor. Lo que yo siento que es él y que se mete dentro de mi vida y me hace ver distinto, es porque la fe me lleva a ver como Dios y a ver como Jesús y a sentir como Jesús, por eso es que determina mi manera de ser y de actuar.

La experiencia de Jesús que tiene que ser clara, tienen que discernir, tienen que vivir en el seminario. Si no están fortaleciendo esa relación con el Señor, están en otro camino; eso es lo fundamental; es una experiencia no humana, aunque haya mediaciones humanas, es una experiencia de Dios. La vocación es un llamado; la fe es cuestión de Dios, eso lo tenemos que discernir, ¿vine por un capricho se me metió, que tengo que ser sacerdote? A algunos se les mete a toda costa, y cuando no se acepta en un seminario buscan por otro y por otro hasta que llegan, solo porque se les metió; esos que han buscado por tantas partes han sido un fracaso y un escándalo, porque se están buscando a sí mismos y no a Dios”.

El obispo también les preguntó a los seminaristas acerca de quién es Jesús y cómo hace para atraer a los jóvenes y a las demás personas al seguimiento de Cristo. Además, fue muy enfático en invitar a seguir el ejemplo de Pedro, que le escribe a los pastores y les da unas líneas claves para tener ese estilo en el seguimiento de Jesús y exhortó a todos a que sean pastores del rebaño de Dios que tienen a su cargo.

Escuchar la homilía completa

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